Las representaciones
más antiguas de Niké que conocemos se
fechan en los años centrales del S. VI a.C. y la presentan como una mensajera
alada, en actitud dinámica, de
carrera. Buen ejemplo de ello es la conocida Niké de Delos (Museo Nacional de
Atenas, NM 21) (fig. 1), un monumento votivo erigido en el templo de Ártemis en
Delos, exhumado en 1887[1].
Su inscripción dedicatoria menciona como su autor al escultor Archermos de Chios. Según Radet[2],
Archermos era un escultor que regentaba un taller familiar en la isla de Chios
y fue el primero en trasladar a la
escultura un prototipo originario de Asia y conocido ampliamente en la pintura
vascular desde la primera mitad del S.
VI a.C. La representación muestra a una joven coronada
ataviada como una Kore, con el cabello largo
y trenzado cayendo sobre los hombros. Su actitud ligera se expresa
mediante un procedimiento muy habitual en el arte griego arcaico, la llamada
carrera de rodilla, una postura forzada en extremo que consiste en flexionar ambas rodillas (una
de ellas tocando el suelo) y distanciar
los brazos, también flexionados, del cuerpo, de tal manera que se produce la
impresión de movimiento veloz, en forma de aspa. La estatua ha perdido las
alas, que estarían desplegadas y que
probablemente presentarían un perfil curvilíneo a la manera pérsica (como es habitual
en otras representaciones conservadas de este período).
Es mu largo
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